jueves, 13 de febrero de 2014

Días grises que acaban siendo rojos porque sangramos por gente que ya no nos sonríe cuando pasa por nuestro lado, o ya no se acuerda de todas las letras de nuestro nombre.
Días llenos de nubes en las que aveces sale un rayo de sol, como para intentar que olvide todas las veces que no me ha mirado o todos los abrazos que se ha quedado sin darme.
Días azules en los que llevemos más que nunca, queriendo que vuelvan las ganas de necesitarnos (aunque yo lo siga haciendo) y las risas con las luces apagadas.
Que hoy el cielo nos entiende aunque ya no quede nada.
El cielo es tan bonito cuando pasas y ya no dices nada.

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