domingo, 23 de marzo de 2014

Puedo seguir perdida
todo el tiempo que quiera
tratando de encontrarme escribiendo
pero nunca me encuentro tanto
como cuando me pierdo entre líneas,
entre sus líneas.
Entre las líneas de sus manos
o los rizos de su pelo
y me quedo clavada en sus clavículas
que recuerdan al sonido del mal
y a ese vértigo que me entraba de pequeña
al columpiarme
y jugar a tocar el sol.
Porque la luna ya no brilla tanto,
como antes
desde que es tan suicida como el amor
o como el poeta que le escribe
intentando que le salve un poco
a la vez que le destruye
y apaga la noche
y me apaga a mi misma
porque sigo aquí, donde siempre
clavada en sus clavículas
por si le da
y vuelve.

martes, 11 de marzo de 2014

A veces pienso,
y me gustaría recordar
todo lo que pasó
en aquellos momentos.
Me gustaría ser fuerte
por todos los que lo habéis sido
y tenéis vuestro trocito
de cielo ganado.
Me gustaría ser justicia
y quitarles a ellos
todo,
que es lo que os quitaron
a vosotros
de estación a estación.
Me gustaría ser
todos y cada uno
de los recuerdos bonitos
que hay
antes de decir adiós
porque aunque algunos
no se digan nunca
siempre queda
la última vez de algo
y más de vosotros
que seguís en tantos
corazones fuertes
porque es imposible olvidaros,
otro once de marzo.

jueves, 6 de marzo de 2014

Le he visto las ganas de volver
perdidas por las vías de un tren.
Le he visto las ganas de morir
por todas las venas de su cuerpo.
Le he visto bajar la mirada
cuando alguien le decía que le quería.
Le he visto gritar sin miedos
que ya era capaz de vivir sin ellos
pero que se acojonaba
cuando alguien le susurraba
ven.
Le he visto rimar desesperación
y llanto
bajo la lluvia de verano
porque no sabía volver
o encontrarse,
o encontrar
los besos que había perdido
y no recordaba
porque no se los había dado a ella.

sábado, 1 de marzo de 2014

Venga, ven
que vuelves a llegar tarde,
otra vez
y hoy no quiero
que seamos nosotros.
No quiero que me digas que sonría
porque ya no lo hago como antes
tampoco quiero que me lleves a donde siempre,
a seguir rimando tanto desorden
y querer fumarme tus labios
y es que mira si eres raro
que ya nada es como antes
siendo todo igual
en verdad, más triste;
la luna ya no brilla
como sus ojos
que sólo gritan socorro
porque ya no me encuentro
y porque no quiero perderte
sólo quiero que me deshagas
como haces con todas las camas
en las que no he dormido yo.
Y que hija de puta la vida
que no me deja estar sin ti.