jueves, 8 de diciembre de 2016

El frío.

Si alguna vez se acaba esto,
guardaré el recuerdo
Y la sensación de que mis pulmones
ya no se asfixian
al respirar.



¿Qué es la felicidad? ¿y sentirse vivo?

Los coches pasaban, ves, los coches siguen pasado. La gente sube y baja de ellos. Al poco tiempo se van lejos. Así es todo ¿no? Cosas fugaces, que pasan demasiado deprisa y cuando quieres darte cuenta vuelves a estar solo escuchando un portazo que no suena.
El humo seguía saliendo de tu boca, lo recuerdo porque también salía de la mía. Aquel día en el que hizo más viento que nunca y más frío que en todos tus inviernos.
De vez en cuando sigo teniendo aquella sensación: el momento es efímero y los bancos en los que bebemos cerveza también.
Ahora tampoco hay mucho que decir porque no hay nadie y sólo veo mi imagen reflejada en el espejo y no me gusta. No, no me gusta y por eso quiero cambiarlo.

La sangre ya no mancha tu cuerpo pero la culpa la sigues guardando tú. Ojalá no hubiera hecho tanto frio y tú pecho no hubiera estado tan congelado.

Sigo recordando a mi erroes como si fueran personas, y quella canción de Extremoduro y esa salida de emergencia que fue una trampa.

Y los huracanes, joder, me siguen pareciendo lavadoras. Y aquél héroe sólo apretó más la soga.

Lo mejor de ser libres es saber que pase lo que pase y aunque me pese nunca dejaremos de serlo.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Algo se ha roto.

Mensaje 240
en el contestador de alguien
que no quiere
contestar.


Me he cortado el pelo con las tijeras de recortar
las cosas que me dan igual
que se rompan,
y ahora está todo más vacío.


Cómo habitar en una jaula sin puerta, en el último hilo de voz de quién se está muriendo.
Como estar pisando las zancadas de un funambulista ebrio en la cuerda.

La soledad se ha quedado a vivir aquí y nadie más la comparte conmigo.
Cierro los ojos y las sombras de las figuras que recordaba se difuminan mientras yo empequeñezco.
Bajo mis pies emana un tsunami y me empapo de lágrimas que al caer por mis mejillas acentúan el llanto y se clavan tan hondo que duele, pero quién lo escucha no lo oye.

Los susurros se han extinguido en un hilo de voz que fue el mío en un día gris. El frío sólo me quita las ganas de vivir pero me aterra que las cosas vuelvan a cambiar mientras no puedo evitarlo.
El ayer es el mañana y no sé qué es peor que eso.

Sigo buscando el amor en el que no creo y me destruye. Olvido cosas mundanas cómo la intensidad a la que río; como cuando fue la última vez que fui capaz de amar.
Todos aquellos que están besando ahora mismo tampoco saben lo que quieren.

Después del túnel ya no queda nada pero no me he perdido porque sigo allí. Después queda la indiferencia y se acaba el miedo porque ya lo sufrí una vez y sé que tras la oscuridad hay vida y es la mía pero a veces pienso que ojalá me hubiera fundido porque es mejor que apagarse lentamente (o eso dicen).

Porque las veces que hablé sólo fueron una llamada perdida a la voz de un contestador al que nadie contesta. Al no haber estado allí ya nadie se acuerda de nosotros.

Lo hago todo mal muy bien y sé cómo hacerlo peor.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Silencio de blanca.

La radio ha muerto pero las voces
siguen sonando dentro de
mi cabeza.



No mostrar nunca lo que somos,
aborrecer al alma en silencio y el amor que me sustentan aquellos que no se sostienen en el suelo.

Ya no me quedan ventanas para saltar, ni ganas de apagar el fuego que incendiaron otros. Debajo de las uñas sólo nos quedan restos del pasado que intentamos enterrar bien hondo pero aún así no nos mantenemos a flote.

Las flores muertas de un cementerio que jamás hemos pisado me recuerdan al color ya apagado de tus ojos y a las palabras mal sonantes que apuñalaban nuestros nombres.

La fragilidad no era negar el contacto del resto, sino que nos acaricien y que no se parezca a un arañazo.

El invierno va a durar lo mismo que mi libro favorito: demasiado poco.

Mátame o abrázame que no encuentro un término medio que no nos duela.
Y así acabó todo, sin saber cómo volver a volver a empezar de nuevo.

martes, 4 de octubre de 2016

Joker.

A lo peor que os pueda pasar en el mundo sumadle
puertas que no se cierran del todo.
Y un sueño que no te deja despertar.


Por el amor al odio
me hubiera gustado decirte que.

Después del silencio sólo quedan las palabras que nunca nos hubiera gustado escuchar. Esta insana manía de dejar que siempre se haga tarde provoca que el reloj se pare cuándo más rápido queremos que pase el tiempo que no queremos perder. Un reloj que sólo marca el tiempo perdido no sé de qué me sirve pero no dejo de coleccionar errores debajo de la almohada, y pesadillas largas que a veces confundo con una realidad en la que no sé lo que pasa.

Dejarse llevar suena tan mal cómo todas esas horribles canciones que baila la gente en las discotecas cuando yo sólo quiero desaparecer del mundo. 
Dejarse llevar suena tan mal como tu voz cuando dices que sientes que ya no quiero.
Dejarse llevar suena tan mal porque no sabes con certeza a dónde vas a llegar. 

Ojalá algún día nos recuerden tal y cómo no hemos sido para ver si nos hacen justicia. Ojalá algún día recuerden cómo han sido. Ojalá recuerden todo lo que olvido.

Por el odio al amor
hicimos arte.

sábado, 13 de agosto de 2016

Dieciocho formas de no vivir.

Me pregunto quién me sonrió
debe estar bastante enfermo.


DAÑOS.

Pero es que la belleza es lo más importante.

Me he dado cuenta de que lo único que queda es el recuerdo de la cicatriz , y que aunque el paso del tiempo la borre podrás recordar de una forma muy realista con qué profundidad se clavó el daño en la piel fértil. Qué hay canciones que miden la intensidad de dolor que pudimos soportar.
A veces tener las expectativas tan bajas como la autoestima provoca sonrisas al ver que antes de que vuelva la tormenta el viento va a nuestro favor.

Tener a quién abrazar es más satisfactorio que la posibilidad de nos que arropen con cariño en invierno.
Para mi los días no tienen sentido si no nos dejamos sorprender.

Quedarse a las puertas del cielo no debe ser tan malo porque seguro que en el infierno hay más gente que pueda hacernos compañía.

Aceptamos el amor que recibimos como si fuese propornal al que damos y no.
El amor no es una mierda.
Pero esta paupérrima forma de sentirlo, sí.

Los días en trece sólo pasan una vez al mes aunque a veces son todos los días. Tras la mala suerte sigue habiendo suerte pero puede ser mala o puede ser buena.

Yo ahora mismo sólo sé que mañana empieza demasiado temprano. Y que es demasiado tarde, que en el periódico de hoy hablaban del ayer y me aterra que sea igual que el mañana.

miércoles, 15 de junio de 2016

"te hiero mucho."

Todos los días con trece lágrimas
acariciando mis pupilas rotas.




El abandono está injustificado y las voces sólo fueron un pacto de no agresión a uno mismo pero el amor impropio ya está dañado y eso no justifica que te marcharas. 

Observo fotografías antiguas y observo mi pelo cuando está largo, cuando está corto. Observo también la etérea marca que deja la enfermedad en mi rosto y reparo en tu cara infantil que jamás llegó a estar a mi lado. Y joder, mira qué felices, qué caras más tristes. 

Los semáforos en rojo de esta inhóspita ciudad están diciendo que pare, que en esta vacía carretera infinita que es mi vida todavía existe la posibilidad de que haya un choque automático entre corazón y razón provocado por el fracaso que siento al no haber sido capaz de conseguir nada de lo que me propusieron. Me alimento a base de rabia y de toda la mierda que siento, de vodka barato y de palabras que leí hace tiempo.

He olvidado como se cogía aire a la hora de ahogarse en un mar de lágrimas que desemboca en el incesante llanto de un recién nacido que al igual que yo no sabe expresar lo que quiere. Casi no recuerdo que suplicar el contacto de otros para aliviar el dolor hace más daño, casi caigo de cabeza en la cuenta los días  que quedan para sentir el verdadero calor del infierno.

Ver amanecer y atardecer ya no es algo bonito. Tu ausencia es como vivir en una cárcel aburrida en la que no hay gente con la que pelearse, ni heridas provocadas por otros a las que tratar con cariño antes de volver a hacer sangrar.  La vida tal y como está ahora se me asemeja a un laberinto sin salida en el que puedes gritar pidiendo ayuda todo lo que quieras, pero los vecinos están muertos y nadie va a preocuparse por entender lo que dices.

Todas las cartas que llegan a mi buzón anuncian guerras mundiales en mundos paralelos que suelen ser mejor que este; allí no existe la melancolía, y aquí no dejo de recordar tu nombre aunque ya lo haya olvidado: te hiero mucho, ojalá más que a mi.

Alguien a quién nadie escucha prevé tormenta en pleno junio y entonces comienza a llover. Se anuncia fin de fiesta, pero nosotros hace tiempo que nos hemos ido.

domingo, 29 de mayo de 2016

BIPOLAR.

Y cuando llego allí
me invitas a salir
vestida de princesa.
Pol 3.14


No estás solo, estás rodeado de personas que no te quieren.

No sé si lo sabrás pero querer y tener cariño no son lo mismo, y mucha gente suele confundirlo. No quiero a casi nadie y le tengo cariño a todos mis libros aunque ya no me hagan sentir como antes.

Esa canción antigua describe a la perfección mi relación con cada uno de mis desastres artificiales independientemente de la intensidad con la que sentí sus tactos; que si los desordeno forman un colectivo que provoca que al despertar la realidad de la que habla Kafka en La Metamorfosis se apodere del ambiente, pero sin que haya nadie tras la puerta.

Lo que hemos vivido se ha convertido en tiempo perdido y ahora es todo campo ya. Bueno, y las falsas esperanzas de la primavera, y esta cara de muerta en vida que nadie mira. Y las flores de a lo lejos que no se pudren mientras nosotros sí. Ahora que no soy capaz de olvidarlo entiendo que poner tanta distancia de por medio causa que al contacto de nuevo reviva la llama y provoque un incendio.

Lo hicimos todo mal muy bien.  

Tener un diario de hojas en blanco es tener una mierda de vida. Volverse loca de atarse a una misma es un efecto colateral de tener una vida de mierda. Y mientras tanto todo pesa de la misma forma que al que lleva su culpa y la del resto sobre sus machacados hombros.

No le declares la guerra a nadie que ya no queda más amor que hacer, todos los caminos llevan al odio y no a una ciudad de ruinas que me recuerda a alguien cuyo nombre he olvidado.
A mi las palabras no se me dan bien si no me escuchan y he comenzado a vomitar por no haberme tragado todo mi orgullo.

No estás sólo, estás conmigo aunque a veces pueda ser lo mismo.

lunes, 4 de abril de 2016

Quién se va vuelve a irse.

Desvias la mirada
porque no quieres ver como alguien causa un terremoto bajo tus pies.
Y apartas la mirada
porque odias ver como alguien
se hunde en en el suelo sin quererlo,
mientras tú no haces nada.

Ignoras a toda esa gente ignorando lo que pasa.

Y te vas.

Para no volver. Ignorando a quién se queda acompañado de toda la soledad del mundo.




Las promesas que dejaste en el aire han salido volando
y te quedas perplejo sin tener la certeza de si abril las ha calado.

Los miles de ojos y los millones de gotas de lluvia han mojado el acuerdo tácito que decía que te ibas a que quedar; a pesar de los aviones que se estrellan en tierra mojada.

Continúas con tu mediocre vida sin que ronde en tu cabeza la pregunta de qué hubiera pasado ahora. La cabeza de alguien se marea con tanta ida y venida, con tanto pasar de hoja.
Y paras en seco para comenzar a llover pero el cielo ya no llora contigo.

Descarrilan trenes, se hunde barcos, acaban canciones y nadie escribe un poema con el que puedas sentirte indentificado. Las sirenas de todas la ambulancias de la ciudad te recuerdan a la voz de alguien que alguna vez dijo quererte.
Todos los corazones rotos empiezan a parecerse en algo al tuyo.

Empiezan a sonar campanas a media noche y te das cuenta de todo lo que has perdido.

viernes, 25 de marzo de 2016

Cineraria marítima.

Destrozo libros, corazones y todo lo que rocen mis destrozadas manos 
que toqué antes que a nadie.


A quién más he querido
no vuelve
y todos aquellos por los que no sentí nada
siguen sobreviviendo a un vaivén entre mi vida y las suyas.
No quiero que vuelvas
y por eso no digo que no
porque hay palabras que ya se han llevado mi voz
y por eso me convierto en mentirosa diciendo la verdad y en una niña demasiado pequeña para saber amar.

Nunca he sido lo que querías.

La primavera deshoja mis libros favoritos
y hace que viva con la cicatriz con la que mueren los alérgicos.

He perdido la inspiración desde que te has ido
y ya nadie viene.
Las aves migratorias han perdido el vuelo de vuelta a casa
y yo ya no sé en quién edificar la mía. 

La confianza no da mucho más asco que todas las personas en las que he confiado,
abril es sólo un mes maldito para cantautores de mierda.
Y a la primavera le pueden dar muy fuerte, que las flores fallecen porque a veces lo bonito se encuentra en ver morir.

Tras todas las amenazas de tormeta ha llegado un huracán que se ha llevado todas las palabras que han sonado demasiado mal para que las diga una boca tan bonita como la mía y que las repita un acento tan feo como el suyo.

La soledad hace herida cuando ves felicidad reflejada en las pupilas de quién te dejó solo. La herida hace daño cuando ni tú solo puedes curártela.
No dejas de sangrar si no suturas todas tus heridas con la misma indiferencia que reflejan tus pupilas rotas.
Esta mancha de sangre ha comenzado a ser la macha que pisan los niños en los parques. El bombear de este roto corazón se asemeja al sonido de un disparo, y mi respiración entrecortada es como el humo de un incendio. Mis manos trémulas no cesan a la vez que la llama de una vela me consume y lo deja todo en silencio.

La gente reía y hablaba alegremente del futuro y yo sólo podía pensar en trenes que me llevaban muy lejos de casa.

lunes, 29 de febrero de 2016

Bis.

Dónde está nuestro error sin solución
fuiste tú el culpable, no
lo fui yo.


Ya nada se marchita como antes,
esto de que haga frío a destiempo
me congela las arterias,
el corazón
y me vuelve tan fría
que no paro de tiritar ausencias.

Pierdo el azul a causa de la tristeza,
aunque no cesa de iluminar al cielo en cada despertar
y el gris ya no asoma el salto que pego desde mi ventana por las mañanas.
Las flores las sigo viendo tan vivas, siendo tan rosas y las espinas hospedan mis frágiles yemas llenas del dolor
de otros.
La culpa sigue siendo mía
y en mi caja torácica todavía alberga la esperanza
de que se la lleven entera,
sin que quede rastro.

No todo lo rojo es sangre
aunque lo parezca, lo sea
y padezca una enfermedad indiagnosticada
que cualquiera que se denomine como especialista calificaría de mortal.
Yo,
que nací con la marca con la que mueren los alérgicos.

Nuestro error sin solución fui yo,
dónde estás
ahora que estoy empezando a contar todas las mentiras.

sábado, 20 de febrero de 2016

Lo de nunca.

Pues claro que me pesa
y claro que es un mal momento para escribirlo todo
y claro que está todo muy oscuro.
Pero que te voy a decir que no me haya atormentado un millón de veces.


Este día no entra dentro de mi calendario y esas voces no tenía por qué haberlas escuchado y este frío no me siente pero yo lo padezco como una incurable enfermedad demasiado fuerte.
Me da igual todo lo que me digáis hasta que me hagáis daño, que sólo será la actitud de pasar cuando no.

Esas caras de idiotas
enamorados
no me representa
pero ojalá sintiera algo de amor
o sintiera vuestros abrazos como una muestra cálida y no como un millón de abejas clavánse en mi hígado. Ojalá no sintiera miedo cuando mi pies no tocan el suelo, sino libertad.

Este fin de fiestas sólo son las ganas de que algo vuelva a llegar, y llegará pero sin la intensidad con la que lo vivimos. Y llegará pero será una auténtica mierda.
A veces quiero creer que la falta de ganas es el pronóstico perfecto que indica que todo irá mal.

Ya me da igual que me hablen de aeropuertos, lavadoras, trenes o domingos porque todo es un puto huracán.

Las horas perdidas de sueño no se recuperan sólo pierdes más
vida. Si lo mejor de esta es no me sirve de nada ¿entonces qué hago? ¿gano algo o lo pierdo todo?
Que más me da perder ya si después no existe una recompensa que haga que valga la pena, que la alegría no lo vale.

Tras desconocerlo otra vez todo de K, sé que no existe K y que es un puto fantasma que me atormenta como la culpa de haberlo perdido, como la culpa de no haber encontrado algo mejor.

lunes, 8 de febrero de 2016

I.

Es algo parecido a ser capitán de barco
y que todos tus buques se llamen Titanic.
Ray Loriga.


Ese día no me miró y yo estaba completamente segura de que no me quería. Esa vez mentí, sabía que la verdad sólo podría hacerme herida a mi aunque a otros le doliera incluso más, pero a veces quiero creer que es peor la marca imborrable en la piel que algún horrible sentimiento, aunque sólo me engañe a mi.
Pero los días pasaban y lo siguen haciendo a una velocidad de vértigo, como si fuera una carrera de caracoles para ver quién llega antes pero lo que realmente importa es quién se queda el último, quién lo pierde todo y al que nadie le dice ven. Pero los días pasaban y me recordaban a una playa desierta con la marea alta y todas las olas rompiendo al llegar a tierra firme, como si fuera imposible llegar a encontrar la calma. Pero los días pasaban y sólo quería dormir sin que llegase el mañana.

A veces quiero creer que la inercia con la que lo hago todo tendrá sentido algún día, aunque así no sea.

Y aún estando completamente segura de que no me quería no había nada que me hiciera frenar el en seco la caída aunque si te paran no caes y a veces tengo el vicio de vivir sin frenos aunque me pegue una hostia que me haga odiar más la realidad. A veces creo que el único sitio seguro es la jaula que te quita la libertad, aunque así no sea.

Ese día no me miró, y yo estaba completamente segura de que no me quería. Y empezaba a estar segura de que yo tampoco le quería a él.

viernes, 5 de febrero de 2016

ERROR 404 NOT FOUND.


todos perdemos. yo pierdo siempre. ahora sólo puedo pensar en huracanes mientras me hablan de matemáticas y de cosas que no me importan una puta mierda. se me facilita la imposibilidad de escuchar algo porque aquí no hay nadie y no hace falta que haya muchas luces encendidas para darse cuenta de que aquí no hay nadie. todavía sigo sin recordar su voz, me persigue lo que dijo y no recuerdo, las lagunas de mi memoria me hacen naufragar a la vez que comprendo que todavía queda mucho por olvidar. pienso en huracanes, en páginas en blanco y en no volver a verte. el resto ya no vuela y nosotros caminamos sin alas como queriendo decir que todavía es pronto para tocar el sol. que no te besen es una pena pero no es la mía, que no me besen es una pena pero ya no la siento.

errores enmarcados en la pared de tu propio infierno, todos los caminos te llevan a él. roma ha sido destruida. el amor existe. y no somos nosotros.

lunes, 18 de enero de 2016

Las imprudentes dos de la mañana.

Quién te tiene a ti pierde tesoros.

Si no lo hice es porque me dolería más a mi que a ti, aunque llores, aunque quieras llenar con tus lágrimas este vacío mientras que yo no.

¿El placer satisface tanto cómo para que los remordimientos no existan dentro de mi mañana?
No creo eso que predica tu boca tras besarme, ni que no te gusten mis libros, ni que lo olvides todo cuando dices estar bien. Será mentira pero eso que dices no duele tanto como mi propio dolor, como las heridas que hiciste sin saberlo, como la marca que todavía sigue palpitando sin conciencia, la que nunca tuvimos.

Se lo dije a otros pero ahora no lo sabrás tú: todo lo que vivo es para poder escribirlo después. Y es lo que eres, letras en una página en blanco, tachones, y los disparos que reproduce mi ordenador.

Ahora soy yo la que se arrepiente de no haberte hecho daño. 
La que entiende que un silencio se puede leer y la que te olvidará cuando venga otro distinto a ti.

No seremos dos amantes en Barcelona porque jamás podré amarte. Porque no habrá alguna vez. Ya no existirá la vez en la que duermas pensando en.
No intentaré interpretar tus mapas, ni entenderte, ni saber qué es lo que quieres de esa forma que sólo has utilizado tú.

Me da miedo que me sigan porque yo tampoco sé a donde voy, porque que todos los caminos llevan al amor es otra mentira.

No te miré a los ojos. No te miré de frente. Y está más claro que este cielo que así es imposible que recuerde si no vienes a contármelo tú.

Si yo lloré fue porque pensé que alguien diferente aparecía, no quiero llenarte con lágrimas, sólo vaciarme. No pensé en ti.


Y la prisa es lo que hace que siempre llegue tarde y que nadie me espere.