viernes, 30 de mayo de 2014

X.

Tengo la inmortalidad
un poco muerta,
la risa perdida
en una boca que no es la mía,
la poesía
desperdigada por todos los rincones
de tu cuerpo,
el sexo demasiado gastado
al no tenerlo contigo,
y confundo la lluvia con los orgasmos.

Guardo susurros en mi voz
que acariciaré
de la misma forma que lo hago
con las cuerdas de tu guitarra
a un lado de la barra,
de cualquier garito
en el que se regale el amor
por el que yo escribo,
y te escribo una carta
que no te va a llegar nunca
porque ni tú la esperas,
ni yo tengo cojones para enviártela.

A veces me parece más difícil
leerte que recitarte
en formato poema,
y deslizarme por tus versos
como lo hago con los míos,
dejándome de incógnita a mi propia x
porque mi niña interior llora
cuando yo estoy riendo.

jueves, 29 de mayo de 2014

Rompeme en la botella.

Estoy tratando
de no tener
ni las más mínima idea
de todo lo que nos queda
por subir
para conseguir llegar a la superficie.

Uno,
dos,
tres,
y vuelta a empezar.
Uno,
dos,
tres,
y así infinitas veces,
hasta empezar a ver doble
como si hubiésemos llegado
al fondo de la botella
que terminó con nosotros
la semana pasada,
buscando y no hallando
respuestas.
Como el porqué nos terminó tan rápido
y éramos capaces
de reflejarnos,
y observar a través de ella.
Volvemos
para no quedarnos,
continuamos contando,
teniendo la cordura
y las ganas de reír
esparcidas por el suelo.
Cuarenta y tres,
ocho,
ciento veinte,
pasos para escapar de esto
o para caer en otro fondo
más profundo
y con todo el silencio
que yo no sé callar.

domingo, 25 de mayo de 2014

Bailando con la poesía.

Hoy le pido a la poesía
que baile conmigo
todos los tangos
que tú no te atreviste.
Me agarra la mano
y me la aprieta
con fuerzas,
a la vez que me hace girar
una vez tras otra,
mientras que no hacemos otra cosa
que perder el compás
de unos pasos
que jamás se moverán a nuestro lado.
Voy a perderme dando vueltas
en unos brazos que nunca me han querido
e intento encontrarme en los versos
de quien besa en busca del amor,
o de quien no lo hace
porque se enamora del desamor
que sienten las personas
que no se protegen de la lluvia,
y llevan más rotas las medias
que el corazón.

viernes, 23 de mayo de 2014

Era más cielo
que todos los poetas
que le escriben versos
a unos ojos azules.

Era todas las estrellas
que brillaban a los náufragos
en una noche clara.

Era la lluvia
cuando lloraba,
y su sonrisa era la calma
que brillaba
cuando el sol
no nos cegaba.

Era la tormenta
cuando tenía miedo
de que pasase el tiempo
y nadie le quisiera.

Era las nubes blancas
que tenían forma
de los besos
que nunca había dado.

Y también era cielo
cuando estaba gris,
siéndolo también sus ojos
porque nadie era capaz
de hacer feliz
o de dejar
que el mundo doliese tanto.

domingo, 11 de mayo de 2014

Suicida de la soledad.

La soledad
y no querer
que vuelva alguien
que ya se ha ido,
o si,
pero sin hacer
ruido.
El portazo,
el estruendo,
la caída,
y el vacío,
recuerdo de unos ojos
que ya no contemplan nada,
esconden ruinas
y vacío,
en la mirada.
Esa manía
que no es mía
sino tuya
de salir corriendo
porque eres el que mata
por mis caderas,
a las que no sabes,
no tienes ni puta idea
de como se las describe
en verso,
y es más,
cuando unes
todos los lunares
de mi cuerpo
para formar una
línea continua
que nos separa
y nos une
para perder la cordura
en las cuerdas
de un instrumento
que no sabemos tocar,
ni tocarnos
y la luna,
es de día
pero esta
no brilla,
suicida
de la soledad.

martes, 6 de mayo de 2014

No es una cosa, son todas las que echo de menos.

Su boca
que ya no me dice
lo que quiero oír.
Que ya no me habla.

Sus ojos
ya se han cansado
de esperar a que sonría.
Que ya no me miran.

Su nariz
me recordaba
a lo bonito que puede llegar a ser
caer desde lo más alto.
Que ya no me huele.

Su pelo
en el que ente rizo y rizo
se escondía el caos
y me perdía por allí
como si fueran
las olas de un lejano mar.
Que ya no me encuentra.

Sus manos
de las que nunca me soltaba
por si al girarme
ya no estaba.
Que ya no me agarra.

domingo, 4 de mayo de 2014

Lloraba.

Lloraba
como un río
apunto de desbordarse.
Lloraba
como el mar
apunto de arrojar
algo que no le pertenece.
Lloraba
como cuando llueve
y el cielo está gris,
más gris que sus ojos.
Lloraba
como lo hacía yo
(por dentro),
cuando no tenía más cojones
que sonreír.

viernes, 2 de mayo de 2014

Siempre he estado a un suspiro
de caer
de pronto y de frente
y precipitadamente
por uno de los dos precipicios
que tiene por ojos
y que a veces confundo
con estrellas que iluminan
a la luna
cuando se ha cansado de brillar
por si sola.
Siempre he estado a un susurro
de ser una de tus salidas
de emergencia,
de esas que siguen doliendo
y dejan marca visible en la piel
'tu pequeña cicatriz
que en noches como esta
amenaza con volverse a abrir'.
Siempre he estado a un beso
de distancia de dejar de ser
la gilipollas que sigue escribiendo
por unos besos que nadie me ha dado
o por unas ruinas
en las que jamás he estado
pero que se parecen a las que escondía
en sus pupilas
cuando se olvidaba de todo
y me sonreía.