martes, 30 de junio de 2015

Sal (,) para que crezcan nuevas heridas.

                                                                     'El suicidio es el último verso de un poeta.'



Tengo toda mi historia
metida dentro de una lágrima
que nace en mis ojos
y no se atreve a descender por mi mejilla izquierda
en la que ya sólo hay
besos borrados por el roce
de los labios de unos desconocidos.
Tengo en la boca,
dentro de la sonrisa
una carcajada que no se atreve
a romper,
por si el sonido chirriantemente feo
vuelve a quebrarme
y hoy tan sólo es
la página ciento setenta y nueve
de un libro que este año,
ni ninguno pasado
he tenido cojones de escribir,
ni tengo cojones
para dejar de echarme sal en las heridas
porque sarna con gusto no pica,
obviamente escuece
como ver la forma que tiene este summertime sadness
de marchitar todas mis flores internas.

Entonces nadie comprende por qué le llamo Arte al arte
y defiendo causas perdidas
que me hacen perderme más.
Y entonces me convierto en un sinsentido que no busca nada
y al que nadie busca.
Y de repente todos los pájaros que tenía en mano
vuelan de mi cabeza
para provocar que no vea nada
y meta la pata hasta el fondo,
tanto
que ya no puedo salir de él.

viernes, 26 de junio de 2015

El pasado sigue siendo presente, y mañana será futuro.

                                                                                                  A todos mis errores:


Suena una canción de Extremoduro, y de repente quiero que nunca hayáis existido.


Mis ojeras,
demonios,
y sueños rotos
están gritando que lo olvide todo y me sumerja en un profundo sueño que no tenga retorno.
Entonces veo la muerte con unos ojos que no son los míos
y me pido que no salte,
pero hago caso omiso
y hago equilibrios de la misma forma que los desequilibrados; con los ojos cerrados.
De torres más altas me he tirado
y al cerrar los ojos he tenido la sensación de estar besándoos 
pero sólo he caído en el olvido
y no sé como salir de tantas cajas torácicas de música extridente
que tienen cortada toda la comunicación con el órgano principal.
Nunca he tocado un corazón sin desintegrarme
y ahora tengo prohibido el paso.

Si os sigo esperando me convenceré de no haber existido nunca
y me enamoraré del desamor
porque tengo el amor caducado desde hace años,
o desde ayer
y ya no creo en nadie pero creo destrucción.

He perdido el sueño durante muchas noches
por estas causas perdidas
que me recuerdan a una canción de The Beatles
sonando en un vinilo rayado, lleno de polvo
que provoca un dolor insonoro en una cabeza cuerda -que no es la mía-
y un estruendo tan fuerte en la locura
que produce un apagón en esta cuidad de mierda.

Ojalá hubiera más dementes que no me entendieran y que vieran inteligencia en estas líneas.
Ojalá ellos no existieran, ni la música, ni el silencio, ni los besos con lengua. Y nunca las noches se convirtieran en el país del miedo al que siempre vuelvo.

Cuando todo es más que un mal recuerdo
y es una carga que hace más pesados todos mi complejos.
Ya no me veo reflejada ni en los espejos opacos,
cierro los ojos queriendo despertar
y la gente gritando en nuevos accidentes me ayuda a dormir.
Nunca he sido una santa
pero la vida es muy puta. 

viernes, 19 de junio de 2015

La escala cromática de grises se ha desgastado.

Me he metido en camisa de once varas
y me quedaba pequeña
porque allí tampoco me he encontrado contigo.



Imagínate por varios segundos
que el vacío de mi estómago
se convierte en algo bello
como la muerte de mariposas
al ser devoradas por abejas asesinas.
Imagínate por varios minutos
que al fin soy capaz de imaginar,
y de conjugar todos mis futuros sin ti.

Yo dejaré que los monstruos me maten
por ti,
que eres todos los susurros que estoy callando.
Y la larva que tengo en el corazón
me lo ha devorado de un bocado,
y este dolor de dientes
sólo me lleva a las locuras de adolescente
que haré contigo
y a la necesidad insaciante de morderte
por todas mis partes.

Soy más lista que el hambre,
y mosca para estar en la mierda,
y cactus para hacerte daño cuando estás en mis brazos,
y musa para hacer del caos un arte,
y el naufragio en el que siempre te ahogas
y nunca te salva la vida.
Soy todo lo que no has querido jamás que sea.
Y tuya tuya tuya
mía mía mía
y de ellos,
patrimonio de tu propia humanidad,
las ruinas de las que estás formado
y salto,
caída,
y porrazo
desde el edificio más bonito del mundo,
digamos que está a la altura de tu sonrisa
y tengo demasiado vértigo.

                                                                                        Esto no es rosa, ni gris, ni negro
                                                                                        pero muy pronto,
                                                                                       ojalá
                                                                       por todas las flores que llevan años muertas
                                                                                      en el desorden de mi habitación.

viernes, 12 de junio de 2015

Él no va a venir.

Sácame de esta,
o sácame a bailar. 


Estar al bode del precipicio
para saltarlo,
de la muerte súbita
para dejar de estar cansada del gris,
del ataque cardíaco
para dejar de sentir tanta arritmia,
y de la crisis nerviosa
para acabar de una vez por todas con mi pelo.

A mi lo que me pasa
es que la altura no me da ningún miedo
pero que pánico me entra cuando me veo en el suelo.
Que ya no me llamo con el nombre de otras
que se llaman igual que yo
pero que vuelvo a casa agotada
escuchando las voces de los que nunca han tenido nombre
y tus labios siempre gritan que me vaya,
que lo que dicen las musas ya no va a misa,
y me mandas al pelotón de fusilamiento
como si fuera uno de tus poetas muertos favorito.

El deseo de morir
es como el estado de desesperación que siente
quién ve la libertad a través de unas rejas
sin poder llegar a alcanzarla;
el estado de descomposición
de las cenizas
que hoy dan color al cielo
y pongo la canción más fea del mundo
para pedirte que me pidas que vuelva.

He comprobado por no sé cuanta vez
que tengo una letra demasiado bonita
para escribir tanta mierda
y es que no hay nada más triste que ser feliz,
y que ser un drama sin comedia
lleno de tragedia
por las ganas que tengo de ver morir
todas las coronas de flores que me puse en la cabeza
que son cosas de personas muertas,
y de chicas preciosas
que no se parecen en nada a mi.

Y es que hace no mucho
el coronel por fin se cansó de esperar
y yo sigo sus pesados pasos
porque ha llovido demasiado
desde que a mi buzón sólo llegan desesperanzas,
inicios de guerras mundiales
y facturas que no sé como pagar,
como todos los platos que me rompieron,
los vasos que se me resbalaron de las manos
dándole sonido a la explosión de mis arterias principales.

                                                 Decidle a la princesa que no llore
                                                que el príncipe jamás ha existido
                                               y que todavía podemos perder
                                             más tiempo perdido.

jueves, 11 de junio de 2015

Mi color favorito no es el ver(d/t)e.

                                                            (mi pelo es verde cuando tenía que ser azul
                                                                                                     y, obviamente
                                                                                  tenía que dejarlo por escrito).



Eres capaz de reducirme
tan sólo a cenizas y a besos
no deseados,
que al principio he encontrado
la diferencia entre ironía y sarcasmo
y es que dueles,
y es que dueles tanto
que mi verde nunca ha sido azul
y que el amarillo chillón no hace tanto ruido
como las letras que te escribo.

Tengo un argumento de mierda
para convencerte de que te lances conmigo
hacia un precipicio,
por eso haré campaña por tus clavículas
para que cualquiera que esté atado a ellas
silencie de una vez
que todo es un vicio
que ataca directamente al corazón
que ahora escupe sangre en vez de bombearla
y hace imposible que el amor propio
sea menor que el de otros.

Claro que tengo todo este tiempo para perderlo
pero ahora salta conmigo
que en un segundo será tarde
para ver amanecer por primera vez
y para tropezarme con tus pies de nuevo.

miércoles, 3 de junio de 2015

T r á g i c o d r a m a .

Una vez te escribí un poema mediocre
para calcular el tiempo que tarda el fuego
de mi nombre
en atravesar las palmas de tus manos
y la bailarina de mi caja torácica
bailó por primera vez arritmicamente
al compás
de las luces de discoteca
que suenan cada vez que alguien me dice que me hiere
como tú nunca me has querido
y retrocedemos hacia el futuro
para escribir otra vez
sobre las ventanas caladas por tus lágrimas
que sea cierto el jamás.
En las heridas abiertas
siempre hay alguien
girando alrededor de nuestra marchita canción.