miércoles, 29 de enero de 2014

A mi siempre me ha gustado la poesía, pero no esa de libros y de versos sino la que te salía directamente del corazón y hacía que te enamoraras poco a poco de palabras que nunca llevan a nada; y de metáforas que te hacían parecer más bonita. Intentar ser la musa de alguien, o su única poetisa que sabía coserle los rotos con palabras y hasta hacer que pareciese bonita la destrucción.
Que vengo a destruirte
para luego arreglarte
con mis besos
y mis ojos llenos de ruinas
pero creeme
cuando digo que te quiero
y que no tengo ni puta idea
de escribir,
si no te dedico mis versos.

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