viernes, 17 de enero de 2014

Quizá el motivo de tanta tristeza sean todas las noches que no hemos pasado juntos.
Los besos que no nos hemos dado.
Y las escapadas a debajo de tus sábanas con las persianas bajadas y el corazón a punto.
Quizá el motivo de tanta tristeza sea que todavía no nos conocemos tanto como para sonrreirnos sin preocupaciones y sin miedos.
Puede, tal vez, ojalá o quizá; todavía no he encontrado la forma que busco para definirte, como si de una palabra te tratases pero no formas parte de mi propio vocabulario
ni de boca
ni de mis rotos
y menos de mi puta locura
ni mis versos.
Ni entiendes mi desesperación por encontrar un poeta que sepa capturarme en palabras y caricias. Como si escribir(te) por fin valiese la pena o algo más que buscar el sabor de los besos que no me diste en cigarros.
Espero algún día estar a tiempo de todo lo que no hacemos.
Ni haremos.
Por qué sé yo, o por intentarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario