jueves, 10 de abril de 2014

Y ellos, tan cobardes
que no tenían la fuerza suficiente
para salir ilesos de sus pupilas.
Y es que durante un tiempo
fui como todos ellos,
una estúpida enamorada
de su desorden
y de todo lo que me recordase
al sonido de su voz.
Mientras que todos querían
entrar en lo más profundo
de sus miradas, del color de la esperanza
yo quería salir de esta,
mantenerme a flote
en las lágrimas que derrama
cuando no se acuerda
de como sonreír
como lo hacía antes
o de que se sentía
cuando se estaba enamorado.

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