miércoles, 19 de agosto de 2015

A medio camino de Salamanca.




Aunque tú no lo sepas
todo sigue igual,
y yo tan distinta.
Escribo poemas por personas diferentes,
me han dado más errores que besos
y te echo horriblemente de menos.

¿Dónde nos hemos quedado?
Sin tiempo
a medio camino de.


Suena una canción lenta y una voz rasgada, mi garganta se hace un nudo y mis ojos parpadean queriendo guardar todas las lágrimas que inevitablemente va a derramar en segundos. Y me da igual lo que diga Celaya, la poesía es un arma cargada de recuerdos.
Se acaba la canción y empieza de nuevo, cierro otra vez los ojos y comienzo a leer aquellas líneas que tengo delante y observo que tengo el corazón en un puño, que hacía demasiado que no sentía con tanta intensidad.

¿Sabes, mi amor? Hace muchísimo que no llamo a nadie amor y lo hago mío.
Esta vez no debería hablar de mi, te escribo porque tú eres la primera persona que me ha escrito, la que me ha tenido de musa cuando yo sólo me veían como unas ruinas. Tú siempre has sido la que ha tenido el mejor sitio para guardar mis secretos, por quién escribiría miles de cartas más aunque lleguen tarde o escriba mal la dirección.

Tú siempre has sido tú,
conmigo.
Y a pesar del tiempo,
de la distancia,
de las llamadas que ya no hacemos
te quiero tanto
que sigo siendo una pija y tú una choni
y sigo sin quererme
pero guardo menos odio en mi caja torácica.

Y sé que nadie aparte de nosotras va a entender esto pero necesito que estés en el único lugar al que ahora mismo puedo llamar casa, si te das cuenta esto está lleno de ruinas y hace frío aunque como ya te he dicho sigo siendo yo pero a la vez tan distinta.
Pronto nos vemos, verdecita. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario